jueves, 22 de agosto de 2013

Fichaje Serge Gruzinski, "Las cuatro partes del mundo. Historia de una mundialización."


Estimados alumnos, les dejamos aquí el ejemplo de fichaje de un texto para que lo tengan en cuenta para próximas actividades.
Saludos!

Serge Gruzinski archivista, paleógrafo e historiador francés (1949)
Maestría en Historia en la Universidad de París I, bajo la dirección de Pierre Goubert.
(director de invest en CNRS- dir. de est. en EHESS) El libro Las cuatro partes del mundo. Historia de una mundialización fue editado por primera vez en el 2004 en francés y en castellano por el Fondo de Cultura Económica en México de 2010. Está organizado por 4 partes y XXI capítulos y consta de 480 páginas.
Tercera parte:  “Las cosas del mundo”
Cap. VII, “Los expertos de la Iglesia y de la Corona”
Cap. IX, “Las herramientas del conocimiento y del poder”
El tema del libro es la relación entre los usos del conocimiento producido y la mundialización de la Monarquía Católica. Vale aclarar que si bien Gruzinski dedicó mucha de su investigación al área de México, en este libro analiza las situaciones que se presentan a lo ancho del globo a partir de la expansión marítima de portugueses y españoles.
El tema que el autor analiza en los capítulos elegidos es la  circulación de la producción de conocimiento sobre distintas partes del mundo conquistadas, ya incluidas como territorios o que se pretendían integrar  bajo la jurisdicción de la Monarquía Hispánica. Indaga cuáles eran los fines tras esa intención de informar, de escribir las experiencias que vivenciaban los cronistas en cada uno de estos lugares o nuevos mundos.
Historia de Europa III
Unidad “Europa Moderna: un espacio de tiempo específico”
Tema: “Expansión y conocimiento. Especialistas en nuevos mundos: producción y circulación de saberes de las cuatro partes del mundo.”
El CAPÍTULO VII, “Los expertos de la Iglesia y de la Corona”.
El epígrafe pone en tema con la cita de una fuente del siglo XVI. Fragmento de opinión de Malupa un médico indio sobre los conocimientos del médico naturalista García da Orta (judío portugués que escribió Coloquios dos simples, 1556).
Una introducción descriptiva dibuja el paisaje sobre el que se situarán los problemas indagados.  Cierra con el planteo de objetivo e hipótesis del capítulo que desarrollará en tres apartados: “Los monjes y los indios” donde se explora el rol de los evangelizadores como productores de conocimiento sobre los nativos. En “De un extremo al otro del mundo” reconstruye trayectos e itinerarios que acercan a las cuatros partes del mundo y establece la diferencia entre los expertos en nuevos mundos de acuerdo a su pertenencia a una u otra orden religiosa, entre los que destacan los jesuitas por la gran cantidad de escritos producidos (cartas anuas). Cierra con el subtítulo “Adminsitradores y militares” donde indaga en informantes no pertenecientes al clero pero sí oficiales o servidores de la monarquía (militares, soldados, alcaldes, cronistas, comerciantes, tratantes de esclavos); revisa el contenido de sus informes en donde observa tanto el fin de los mismos como los beneficios u obstáculos que plantea la convivencia con los nativos y los procesos de mestizajes en la construcción de la mirada de los informantes.
A partir de informaciones previas e hipótesis previamente confirmadas el autor plantea su hipótesis principal.
Informaciones previas: existencia de obras llamadas tratados o historias sobre las cosas del mundo.
Hipótesis comprobada previamente (opera como dato) o presupuesto inicial: se establecieron conexiones entre las cuatro partes del mundo.
Establece quiénes son los agentes: los define como mediadores recurriendo a los términos uitlizados en las fuentes: expertos o prácticos. No son investigadores de laboratorio.
Qué cosa producen: crónicas, saber desde la experiencia. Censos, inventarios.
Identifica para quién producen ese saber: Los cronistas escriben para informar a alguien, sea a Roma, a la Corona Hispánica o a ambos.
El autor tiene como objetivo explicar para qué: fines prácticos y políticos.
De allí plantea la hipótesis principal de este capítulo: toda producción escrita de información reunida y organizada por los denominados expertos sobre las distintas partes del mundo en las que viven, persigue siempre “fines prácticos y políticos”.
Se busca comprobar paulatinamente planteando hipótesis subsidiarias:
Hip. 1 Esta producción masiva es una experiencia novedosa que establece conexiones a nivel mundial.
Se comprueba que es masiva por la gran cantidad de producciones, que es novedosa por la escala global en la que opera. Otros cuestionarían si no tuvo precedentes como empresa, aludiendo a experiencias previas como a las de Marco Polo en la China.
Hip. 2. La producción de estos “expertos” permite confrontar saberes, hasta ese momento desconocidos, con lo que conocían los europeos. Estos saberes, que los autores engloban bajo el nombre de ‘cosas’ van desde el lenguaje de los pueblos, costumbres, usos, flora, fauna, recursos materiales y naturales, censos de población, creencias, comportamientos, etc.
Se comprueba con el contenido de las obras: Crónicas,  Historias de religiosos o naturalistas.
Hip. 3. Los cronistas escriben para informar a alguien, sea a Roma, a la Corona Hispánica o a ambos.
Se comprueba indagando a quiénes realmente están dirigidas las obras. Por ej. los escritos como los del franciscano Bernardino de Sahagún dirigidos al Papa o al Presidente del Consejo de Indias.
Hip. 4.  Se busca fijar y trasmitir la experiencia, compartir conocimientos que colaboren con la empresa colonizadora, con la “…integración social, política y religiosa en la Monarquía [que] constituye una absoluta prioridad.” Una idea que se desprende de dicha hipótesis es la de que la “conquista espiritual” de México, es decir, la extirpación de las idolatrías y la conversión al cristianismo, hubiese sido imposible si aquellos encargados de impartir el credo, pertenecientes a las órdenes monásticas, no se hubiesen preocupado por entender el mundo indígena y comprender sus idiomas.
Se comprueba la importancia que conceden a aprender sus idiomas a través de los diccionarios. Por ej. el de Náhuatl-castellano de Alonso de Molina. Pero que el conocimiento de la lengua los familiarizaba con los nativos no está plenamente demostrado porque una obra de esa naturaleza no puede comprobar los vínculos, las relaciones.
Hip. 5. Otra hipótesis que podemos considerar subsidiaria, se encuentra cuando el autor plantea, confrontando opiniones adversas, que aquellos religiosos que se dedican a investigar, si bien pueden asemejarse sus prácticas a la etnografía, no son etnógrafos pioneros sino que son “…cronistas apasionados, lingüistas o historiadores en el sentido enciclopédico que sus contemporáneos daban a ese término.” Son hombres que escriben en base a su experiencia en el lugar donde residen.
Esto se comprueba por el contenido de las producciones citadas.
Hip. 6. Para el autor, las investigaciones de los religiosos son tan importantes como la construcción de iglesias o la celebración del culto en el doble cometido de, por un lado asentar el cristianismo y por otro, dirigir la reconstrucción de las memorias indígenas, que ahora formarán parte de la historia de los pueblos de la monarquía.
En cambio esto no lo puede demostrar con las fuentes de que se vale.
Para comprobar sus hipótesis el autor se dedica a estudiar una gran cantidad de documentos históricos (de los que extrae una gran cantidad de ejemplos), que por lo menos por lo que vemos en las notas a pie de página, superan ampliamente la consulta a bibliografía de otros académicos. Algunas de las fuentes son:Códice FlorentinoHistoria general de las cosas de Nueva España y Los primeros memoriales de Bernardino Sahagún, Diccionario español- náhuatl náhuatl-español del fray Alonso Molina, Historia general y natural de las Indias de Gonzalo Fernández de Oviedo, Soldado práctico (Goa, 1612) de Diego de Couto, Breve tratado de los ríos de la Guinea de Cabo Verde (1594) de André Alvares de Almaceda, etc. Por los títulos la bibliografía consultada se extiende sobre Latinoamérica, Asia, China, África, Europa y se refiere sobre todo a análisis históricos de tipo cultural, social, político, religioso.
Creo que Gruzinski comprueba la mayor parte de sus hipótesis a través del análisis y la comparación de documentos de un mismo tipo de fuente: crónicas, literatura y correspondencia oficial.
 Hacia el cierre del capítulo, se refiere al nexo entre los conocimientos que las autoridades adquieren de parte de estos expertos y el provecho que sacan de los mismos organizando la mano indígena para la minería de plata. Los tan diferentes lugares de producción de las fuentes le permiten demostrar que verdaderamente esa “empresa de recolección y filtración de la información se iniciaba en escala mundial” (ideas de los mundos de la monarquía) y que la misma es inseparable de los fines políticos de la Europa Moderna.
Abre el CAPÍTULO IX, “Las herramientas del conocimiento y del poder”con fragmento de la misma fuente que el Cap. VII (García da Orta).
Ocho subtítulos organizan la estructura formal del cap: “Comunicar”, “Antiguos y Modernos”, “Rivalidades entre autores rivalidades entre expertos”, “Experiencias locales y fuentes indígenas” , “El encuentro de las escrituras”, “Miríadas de lenguas”, “El discurso del método” y “El auxilio de las imágenes”.
La hipótesis principal del autor se refiere al poder que trae el conocimiento comunicado ahora a nivel mundial, es decir, las obras de los cronistas fueron útiles en tanto conocimiento comunicado que permitió relacionar las diferentes partes del mundo y estrechar así los lazos que unen a estas partes.
Para el autor entonces, a partir del siglo XVI con la actividad de los expertos, presenciamos un momento de aceleración de la escritura, investigación y compilación y, así mismo, de plagio que permiten mayores niveles de circulación de información.
Comprueba esto detectando proliferación y flujo de escrituras.
Hip. 1.  Una hipótesis subsidiaria puede ser la que propone cuando plantea que el peso de la tradición letrada del Renacimiento humanista es una carga que organiza el pensamiento de los cronistas ante el estudio de sus realidades locales: “Los expertos interpretan los mundos que descubren con la vara de las categorías y las reglas del pensamiento antiguo: especialmente Aristóteles” (p. 230). Aún cuando estos hombres no fuesen peninsulares, la lectura de obras clásicas deja rastros en escritos producidos hasta por cronistas mestizos nacidos en América.
Hip. 2. Así mismo, los cronistas se leen entre sí y se critican entre ellos y en ocasiones a los antiguos o autores típicamente renacentistas. Esto es lo que Gruzinski denomina multiplicación de lecturas cruzadas y puede constituir otra hipótesis.
Para comprobar las hipótesis de este capítulo, además de referirse a fuentes y bibliografía como la que detallé para el capítulo VII, analiza recursos pictográficos y mapas que plantea fueron también usados por los cronistas para dar cuenta de la situación local como las que aparecen en las obras de Guamán Poma, en las compilaciones de Sahagún o Diego Durán. Creo que puede comprobar la aceleración y el crecimiento de la producción escrita al dar cuenta de una increíble cantidad de escritos en todo el mundo y principalmente en Latinoamérica. Así mismo los ejemplos que da extraídos de las fuentes en cuanto a referencias a obras clásicas comprobaría aquella hipótesis que planteaba la importancia de la cultura humanista en las formas de entender los nuevos mundos.
  La práctica historiográfica que identifica al autor en este capítulo es una historia de la lectura entendida también como mirada (a diferencia del cap. VII que se detiene en la práctica de la escritura)
Realiza una análisis exhaustivo de diversos documentos históricos, tanto escritos como iconográficos, a los que compara entre sí encontrando muchísimas similitudes mientras que el registro de análisis es claramente cultural y de las mentalidades en mayor medida, pero también social y político.

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